jueves, 13 de diciembre de 2012


LEYENDA DE LA MUJER VAMPIRO

Cuentan aquella trágica historia de alrededor de los años 70 de la mujer vampiro de Ciudad Madero, Tamaulipas.

Esta mujer era muy religiosa, dedicada en cuerpo y alma a las actividades que realizaba el Padre Ignacio Rosiles, padre de la Parroquia San Juan Bosco en la colonia Árbol Grande de Ciudad Madero.

Ella era muy querida por la gente que vivía en los alrededores de la parroquia, ya que hacia muchas cosas buenas para las personas. Lo cual en ocasiones decía -Me gustaría que sepultaran mi cuerpo en esta parroquia cuando muera. Las razones por que lo decía es por que se sentía muy querida por la gente que ella le brindaba su mano.

Pero antes de que falleciera, se fue a vivir lejos de ciudad Madero con su familia. Murió lejos de ahí, sin ser respetada su voluntad.

Años después, su cuerpo fue trasladado a Ciudad Madero, mucha gente la recibió en su ataúd, pero antes de que llegara a las puertas de la Parroquia accidentalmente su ataúd fue abierto dejando al descubierto todo su cuerpo, la gente al verla lanzo gritos desgarradores. Pues esta mujer tenia unas uñas largas, cabello largo y unos grandes colmillos.

Desde ese entonces la llaman la mujer vampiro.

Las supersticiones y arrogancia de la gente han intentado quemar su cuerpo, olvidándose de las cosas buenas que ella hizo en vida para ayudar a quienes lo necesitaban. Dicen que la han visto volando alrededor de la parroquia, otros dicen que se roba a los niños que se portan mal.

Hoy en día la gente habla con temor a ella, ya que su cuerpo esta en el sótano de la Parroquia San Juan Bosco, en Árbol Grande, Ciudad Madero, Tamaulipas.


COLINDANCIAS




Tamaulipas colinda al norte con el estado de Nuevo León y Estados Unidos de América; al este con Estados Unidos de América y el Golfo de México; al sur con el Golfo de México y los estados de Veracruz-Llave y San Luis Potosí; al oeste con los estados de San Luis Potosí y Nuevo León.

COMIDA TÍPICA DE TAMAULIPAS

Dentro de la Comida típica de Tamaulipas tenemos Tamales de carne de puerco, frijoles charros, machaca acompañada de tortillas de harina, si quieres algo para desayunar puedes pedir Guayín, las chochas de sotol, flor de pita con huevo por la tarde puedes pedir empanadas de nopal, asado de puerco, mole de papas con camarón o cabrito y ya por la noche puedes disfrutar de uno tamales revueltos o cecina y si se te antoja algo dulce hay la mermelada de nopal, adepitas o champurrado de maíz de teja entre muchos otros.

El Guayín que te recomendamos es preparado de la siguiente manera:

Ingredientes: huevo, fríjoles, tomate, chile verde y cebolla.

Preparación: Se bate el huevo completo, se vacía al sartén con aceite caliente o manteca guisándose tipo tortilla y cuando empieza a cocer se acomodan los frijoles refritos o en bola en el centro, cerrándose el taco y colocando salsa al gusto, los puedes  acompañar con bolillo o tortilla.

ZARANGOYO


 El zarangollo es uno de los platos más típicos de la gastronomía de Tamaulipas , y ocupa un lugar privilegiado en los fogones regionales.
     Si por algo se caracteriza la cocina de esta región es por el "buen manejo" de los productos que da la tierra, del magnífico uso de las verduras y aquí tenemos un nuevo plato que lo confirma.

PreparaciónSe corta la cebolla, el calabacín (lavado) y la patata (lavada y pelada) en dados pequeños. Después se fríe un poco la cebolla con un buen chorro de aceite de oliva. Añadimos la patata y el calabacín y dejamos freír hasta que esté todo cocido. Se bate el huevo y lo añadimos, removiendo mientras se cuaja. Sazonamos y servimos caliente.

Y SI VIENES A TAMAULIPAS NO PUEDES DEJAR DE VISITAR ...

...EL CIELO

Espectacular Reserva de la Biosfera, declarada así por la UNESCO en 1985, está localizada sobre una porción de la Sierra Madre Oriental y cerca del Trópico de Cáncer, lo cual le confiere una invaluable biodiversidad como bosques de montaña, de pino, de encino, tropical, matorrales y vegetación acuática. Las 144 mil hectáreas que comprenden esta reserva habitada por numerosas especies endémicas del lugar están localizadas dentro de los municipios tamaulipecos de Gómez Farías, Llera, Jaumave y Ocampo.

La experiencia única de disfrutar de tres ecosistemas distintos dentro de tan sólo 21 km de camino recto sólo se puede vivir en El Cielo, Tamaulipas. La frondosa vegetación tropical da paso a suelos rojizos habitados por altos árboles de pino y encino que una vez recorridos descubren la entrada a una profunda y húmeda cueva.

Esta gran diversidad ecológica permite al visitante realizar vigorosas caminatas, campismo, espeleología, trekking, escalada en roca, rappel, observación de aves, bicicleta de montaña y tours de ecoturismo.

TURISMO CINEGÉTICO

Treinta campos cinegéticos le conceden a Tamaulipas el liderazgo en turismo cinegético en México. La cacería de codiciados venados cola blanca en invierno y paloma ala blanca en otoño, además de ciervos, búfalos, sicas, axis, gamos, jabalíes, huilotas, borregos, faisanes, gansos y bisontes, atraen a miles de aficionados a esta actividad clasificada como de turismo sustentable.


Además, la pesca deportiva ofrece un amplio espacio para practicar esta actividad tanto en agua dulce como en agua salada. La primera se realiza en las numerosas presas del estado como son la presa Vicente Guerrero, Emilio Portes Gil, Ramiro Caballero, Real de Borbón, Pedro J. Méndez y República Española entre otras. Los 420 Km. de litoral que delimitan la frontera al este de Tamaulipas ofrecen la oportunidad de practicar la pesca de marlin y sábalo también.

PLAYAS


En las costas del Golfo de México están localizadas las playas tamaulipecas de La Pesca, Carbonera, Bagdad, Barra del Tordo y Miramar, las cuales aún están en etapa temprana de desarrollo de infraestructura turística sin embargo eso no detiene a todo aquel que desea disfrutar del sol, la arena y el mar.

CAÑÓN DE LA PEREGRINA

Si prefiere practicar algún deporte menos riesgoso, entonces la observación de aves en el Cañón de la Peregrina es para usted, ya que aquí habitan coloridas y exóticas aves endémicas del país como la cotorra cabeza roja y el pico grueso de cuello rojo.

PERSONAJES ILUSTRES.



  • Calixto De Ayala Fundador de Matamoros
  • Lucio Blanco Luchador revolucionario realiza el primer reparto agrario.
  • Caledonio Junco De La Vega Dramaturgo y periodista
  • Guadalupe Mainero Fue gobernador de Tamaulipas en 1856-1901.
  • Norberto Treviño Zapata Gobernador de Tamaulipas en 1957-1963.
  • Lauro Villar Ochoa General que defendió a Madero al iniciarse la decena trágica .
  • Leopoldo Palacios Construyó bordo de defensa, músico.
  • Joaquín Argüelles De Los Santos Coy Abogado y político (1827-1958)
  • Alberto J. Arguelles Poeta e impulsor de la medicina y la literatura 

TRAJE TÍPICO 


Hay una prenda de vestir con la que en todo México se identifica a los tamaulipecos: la cuera. Es un artículo que a lo largo y ancho del estado se usa como prenda de gala para asistir a una fiesta, para bailar y tocar música o para un desfile. Se le puede ver tanto en Ocampo como en Tampico, Ciudad Victoria, Matamoros, Reynosa o en Nuevo Laredo; es, sin lugar a dudas, el vestido típico tamaulipeco.
Ramón Mendoza, artesano de Tula, nos narra el origen de esta prenda tan singular, con filigrana de cuero y barbas en las mangas, pecho y espalda: “Anteriormente se le llamaba cotón; era una chamarra lisa, larga hasta el suelo, exclusivamente para los vaqueros. La hacían de gamuza de venado pero la hacían para el campo, para protegerse de las ramas, y de ahí nació la idea de hacerle una al general Alberto Carrera Torres, pero ya con algunos adornos; en ese tiempo no se ponían las barbas que ponemos ahora. Esa primera cuera la hizo el papá de mi suegro, el capitán Rosalío Reina, que fue compañero revolucionario del general; dice mi mujer que la hizo en plena sierra: donde andaba ahí cargaban la máquina. Los dibujos los tomó de las flores silvestres del campo y de ahí para acá se ha venido estilizando a través de tanto tiempo. 

ESCUDO

Fue tradición en España, aproximadamente desde el siglo XV, el identificar a las ciudades y a las familias que ostentaban títulos de nobleza con un escudo de armas, que en forma gráfica representaba la evolución y la posición que se guardaba dentro del ambiente de aquella época. Estos escudos de armas se componían generalmente por una serie de símbolos y leyendas, los cuales representaban regiones y mezclaban las reglas de la heráldica, de ahí su composición por blasones que podían ser oro, plata, sable, gules, sinople, azur, armiño y veras.
A raíz de la conquista de México, la tradición comenzada en España se continuó en nuestro país motivo por el cual tuvieron Escudo de Armas entre otras ciudades, la de México, Monterrey y Veracruz.
El primer escudo de armas de Tamaulipas se identifica con su colonizador Don José de Escandón y Helguera, a quien en octubre de 1749 le fue concedido, al igual que a sus descendientes, el título de Castillo, Conde de Sierra Gorda y Vizconde de Escandón. Posteriormente encontrándose en Querétaro solicitó al Virrey de la Nueva España, construir su escudo de armas, instancia que le fue despachada favorablemente; consecuentemente el escudo fue creado entre octubre de 1749 y julio de 1751, año en que se hizo la petición.

HISTORIA 

El nombre del Estado se deriva de Tamaholipa palabra de origen Huasteco, donde el prefijo tam significa “lugar donde”. Aunque no existe un acuerdo del significado de holipa, parece ser que la interpretación más común es “rezar mucho”, lo cual significa “lugar donde se reza mucho”. Durante el periodo colonial temprano, uno de los pueblos originales de Tamaulipas, hoy extinto, era conocido como los “Santos”, en lo que parece una hispanización del término holipa.
De acuerdo a registros paleontológicos y arqueológicos, los primeros asentamientos humanos en Tamaulipas datan de doce milenios antes de la era cristiana, y están identificados en el llamado “Complejo Diablo”, en alusión a un cañón de la Sierra de Tamaulipas. Más tarde, a nivel del Trópico de Cáncer, aparecen las primeras manifestaciones de la civilización indígena, ligadas al descubrimiento y domesticación del maíz y con ello, al inicio de la vida agrícola y la agrupación de asentamientos permanentes. Consecuentemente, en este período comenzó a fincarse en esta región una de las manifestaciones de la cultura Mesoamericana.
Tres fueron las áreas culturales de Mesoamérica en Tamaulipas: los pueblos de la Sierra Madre Oriental, los pueblos de la Sierra de Tamaulipas y la Huasteca. Fue en esta última área donde el patrón cultural mesoamericano se definió con mayor claridad y cuyo legado se ha trasmitido hasta nuestros días en las comunidades indígenas huastecas, aunque éstas no sobrevivieron en Tamaulipas y sí en otras entidades como San Luis Potosí e Hidalgo. En nuestra entidad, los huastecas se asentaron principalmente a lo largo de la cuenca baja del río Guayalejo-Tamesí y en los valles montañosos de Tanguanchín (Ocampo) y Tammapul (Tula). Políticamente no constituyeron un Estado, sino más bien se integraban como un conjunto de señoríos. Fueron hábiles artesanos y poseían una compleja cosmogonía religiosa, al grado de que en la Huasteca surgió el concepto del dios Quetzalcóatl. Como pueblo ubicado en un espacio periférico de la Mesoamérica nuclear, mantuvieron una larga autonomía hasta que en el posclásico tardío los mexicanas sometieron a su dominio a una porción de la Huasteca. En Tamaulipas, entre los siglos XV y XVI, sucesivas oleadas de nómadas del norte hicieron replegar a los huastecas hacia el río Pánuco, de tal forma que al momento de la Conquista española, prácticamente ya no ocupaban su territorio. Sobre los grupos de la Sierra Madre Oriental, si bien disponemos de investigaciones arqueológicas, no tenemos mucha información sobre la identificación cultural de los pueblos prehispánicos que la ocuparon. Hacia la parte meridional, en la región de Ocampo, surgieron sociedades indígenas que poseían una significativa diversificación agrícola, mientras que en la parte septentrional, entre los filos de la serranía, hubo asentamientos con un gran trabajo constructivo, como se hace patente en el Balcón de Montezuma, una zona arqueológica ubicada en las cercanías de la actual capital del estado. Para el siglo XVII, al tiempo del primer encuentro con la cultura occidental, la Sierra Madre era ocupada por los llamados indios pisones. Para el caso de la Sierra de Tamaulipas y como se ha mencionado, de ella se tienen antiquísimas referencias históricas, así como múltiples ejemplos de la evolución posterior de los pueblos indígenas que la habitaron.
Lo anterior es visible en las numerosas ruinas diseminadas en toda esta casi impenetrable serranía, como es el caso de El Sabinito, un interesante sitio actualmente en investigación, que nos habla de una sociedad organizada de tipo mesoamericano. Sin embargo, existen evidencias de que durante el posclásico este modelo cultural se agotó, quedando habitada la sierra por diversos grupos de agricultores, pero de un nivel de civilización menor. En contraste al mundo mesoamericano, en el norte de la entidad y en todo el conjunto del noreste de México y el sur de Texas, imperó en la antigüedad y hasta el arribo de los españoles, un patrón cultural de múltiples grupos tribales nómadas (los chichimecas), entre los que el tronco lingüístico predominante era la lengua coahuilteca. Este vasto espacio norteño formó parte del área cultural de Aridoamérica o la “América árida”. Se trataba de la presencia de numerosas bandas de indios cazadores-recolectores, que deambulaban por las llanuras, especialmente en las cercanías de las corrientes fluviales, los que poseían una reducida cultura material y muy elementales estructuras de organización social. Por mencionar algunos, cabría citar a los carrizos de orillas del río Bravo, a los pintos de las riberas del Conchas o a los janambres del centro de Tamaulipas. Asolados por las redadas esclavistas provenientes de la Huasteca o del Nuevo Reino de León durante los siglos XVI y XVII, los indios de Tamaulipas ofrecieron una fiera resistencia a la ocupación novohispana. Además, este espacio costero se convirtió en refugio de las etnias de las entidades vecinas, identificados como “apóstatas”, es decir, que habían renunciado a la cristianización. Con la colonización de Tamaulipas a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, se intentó asentar a los indios chichimecas en misiones a cargo de frailes franciscanos. Sin embargo, hubo muy poco arraigo indígena en estas misiones y los diversos grupos que deambulaban por su territorio acabaron por extinguirse. En este proceso actuaron la guerra, el desequilibrio de sus antiguos hábitats y costumbres de caza y recolección, las epidemias y su poca disposición para asimilarse al orden colonial. Algunos grupos trascendieron hasta mediados del siglo XIX, hasta finalmente desaparecer como etnias socialmente diferenciadas.